Esta historia perece mentira pero es verdad.
En el día 1/04/2010, el equipo de Santos, actual campeón paulista de fútbol, fue a una institución que abriga 34 personas. El objetivo era distribuir huevos de chocolate para los niños y adolescentes, la mayoría con parálisis cerebral.Ocurrió que buena parte de los atletas no bajaron del autobús, entre ellos Robinho, Neymar, Ganso, Fabio Costa, Durval, Léo, Marquinhos, y André, todos los ídolos estaban siendo súper esperados.
Visiblemente incomodado con la situación, el técnico Dorival Jr. intentó convencer al grupo a participar del acto de caridad.
Con posterioridad, el Santos informó que los jugadores no entraron en la institución por su propia voluntad (ver noticia original)
Dentro de la misma, los demás jugadores que participaron de la donación de los 600 huevos de chocolate, entre ellos: Felipe, Edu, Dracema, Arouca, Pará e Wesley, aprovecharón su tiempo, conversando y jugando con los enfermos.
Días después, el conferencista, pastor de la Iglesia Bautista de Aguas Blancas (Sao Paulo); hizo una análisis sobre lo ocurrido y escribió el texto "No Brasil, Futebol é religiao" En Brasil fútbol es religión, que abajo tendré el enorme placer en compartir.
Texto escrito por Ed Rene Kivitz
"En Brasil, fútbol es religión, los muchachos de la Vila cometieron una equivocación, pero prefiero salir en su defensa. Ellos no se equivocaron solos. Sus opiniones, de una cierta manera ha sido mal interpretada.
El mundo religioso es maestro con estas equivocaciones, por eso cada vez me convenzo más, que el cristianismo implica la superación de la religión y me dedico a pensar en las categorías de espiritualidad en detrimento a las categorías de religiones.
La religión esta basada en ritos, dogmas, credos, tabús y códigos morales de cada tradición de fe. La espiritualidad está fundamentada en los contenidos universales de todas las tradiciones de fé.
Cuando se empieza a discutir quién va al cielo o al infierno; o si Dios está a favor o contra del homosexualismo; o si uno decide pagar promesa subiendo de rodillas las escaleras de una iglesia; o hacer ayuno un día, una semana o un mes, para alcanzar los favores divinos, estamos discutiendo religión.
Cuando discutimos si es reencarnación o resurrección; la teoría de Darwin, la narrativa de la Génesis, si el libro más correcto es la Biblia o el Corán, estamos discutiendo religión.
Cuando se pregunta si la institución social es espiritista, kardecista, evangélica, católica, budista o cualquier otra, se esta discutiendo religión.
Ahora todas las veces que discutimos sobre religión alejamos las personas unas de otras, se promueve el sectarismo y muchas veces la intolerancia.
La religión coloca de un lado los que adoran a Alá, de otro lado los de Yahweh, de otros los de Buda, de otro los de Jesús, de Shiva, de Krishna entre muchos otros... Siendo que cada grupo de adoradores muchas veces desea la extinción del otro, o la conversión a su religión, lo que muchas veces pasa es la exclusión o hasta el exterminio (en casos más radicales) en nombre de dios con la "d" chica, por ser ídolo y no Nuestro Dios Padre de todos los hermanos.
Podemos convertir esta praxis al concentrarnos en valores como la reconciliación, perdón, misericordia, compasión, solidaridad, amor y caridad, entonces estaremos en el horizonte de la espiritualidad. Común a todas las tradiciones religiosas. Es cuando uno está con el corazón lleno de espiritualidad y no de religión es que se promueve la justicia y la paz.
Los valores espirituales agregan a las personas, aproxima los diferentes, hace que los discordantes del mundo se unan, dándose las manos en busca de la superación del sufrimiento humano, a que todos humilla e iguala, independientemente de raza, género y credo.
En resumen, cuando uno vive en el mundo de la religión, se queda dentro del autobús, pero cuando uno vive el mundo de la espiritualidad que su religión enseña o al menos debería hacerlo, uno baja del autobús y regala los huevos de chocolate (pascua) para los niños que sufren la tragedia y la miseria de la parálisis cerebral.
"El gran secreto de la plenitud es muy simple: compartir " Ya dijo Sócrates mucho antes de Jesucristo.
"Jesús de Nazaret" 
